La traición de Beauvais/Ryanair

7 01 2010

El Sena de día.

Antes de comenzar pido disculpas por llevar esta bitácora de viaje tan pero tan atrasada… pero es que debido a que el internet no es tan seguro para los viajeros sin dinero como yo, es difícil mantener un blog al día, y luego con tantas pero tantas horas caminando y sin poder encontrar un McBolas o algo así pues es peor aún. Pero estoy seguro de que me perdonarán mientras siga el relato fiel a los hechos y con el ánimo intacto… así que allá voy.

Beauvais… la ciudad francesa que me vió llegar por vez primera a ese gran país… Beauvais, la ciudad pequeña con magia que me enseñó la nieve, que me hizo caminar por ella y helarme los pies, la ciudad con un centro hermoso de campiña francesa… Beauvais me traicionó, me hizo lo peor que una ciudad le puede hacer a un visitante: Negarle la hospitalidad.

Pont Notre-Dame

Al otro día después de mi aventura con la torre, regresé a Notre-Dame para tomar fotos de día y así poder mostrarle a las personas que se la pasan diciendo que mi aventura es una fantasía que todo es más real que su mediocridad. En fin, salí temprano de mi hospedaje, que debo decirlo… me dio más gusto que otra cosa pues el cuarto sin ser feo si era algo disgustante, la calefacción era una lata y el baño sólo estaba separado del cuarto por una cortina, como baño de pulquería. Bueno, la cosa es que regresé a Notre-Dame y de paso aproveché para tomar fotos del Sena con luz natural. Unos días antes había reservado un vuelo para Venecia con Ryanair, la compañía que ofrece vuelos baratos, baratísimos.

Baño de pulcata de mi habitación en París.

Casas junto al Sena

Hablando un poco de esta compañía, Ryanair es una especie de transporte aéreo de segunda clase, como por ejemplo Volaris en México o el equivalente en transporte terrestre sería un Estrella Blanca de segunda clase, en donde se sientan los que pueden, algo así pero con el estilo europeo… pero vamos, aún en Europa Ryanair no deja de ser una aerolínea «chafita» en comparación con Lufthansa, Iberia, Itap, United, Delta, British Airways, o hasta Mexicana de aviación o Aeroméxico… pero sus precios son una ganga, cuando pasé mi primera noche en Francia, en el aeropuerto de Beuavais, pude checar los precios y debido a que las carreteras serían intransitables por un rato, pues decidí reservar un vuelo con ellos. El coste sería de 60 euros, una verdadera oferta tomando en cuenta que los vuelos de París hacia Italia (cualquier destino) no bajaban de 100 euros y que viajando por tren y autobús me gastaría casi 250 euros. Para los europeos, sólo existen dos modos de viajar distancias largas: Por avión o por tren. El autobús es sólo para distancias medias (Pachuca-Tizayuca, por ejemplo) y son tan modernos los autobuses suburbanos (microbuses) que son en realidad autobuses para la ciudad. Así que sólo tenía esas 2 opciones, y me incliné a favor de Ryanair. Uno de los aspectos que lo hacen tan barato es que no imprimen boletos, y no se venden boletos de hecho. Para adquirir un vuelo la única manera es el internet, de ahí se imprime el pase de abordar y ya, se presenta el pasaporte y listo. Otro aspecto que después descubrí fue que Ryanair anuncia vuelos a Londres, a París, a Milán, a Bruselas… a Roma… y no es cierto. Llegan a aeropuertos alternos (como Volaris, que aterriza en Toluca) y de ahí a la ciudad señalada hay que pagar otro transporte… Beauvais es el «alterno» a París, así que se me hizo un tanto injusto, y más cuando me dí cuenta de que ponen la llegada real en letras chiquitas… malditos Ryanair…

Notre-Dame de día.

Yo reservé mi vuelo gracias a la ayuda invaluable de mi compañero de viaje que tuvo a bien llevar una tarjeta de crédito sin dinero la cual yo usé para ese vuelo, mientras que para los otros… ya les contaré. Mi avión salía a las 7 pm de Beuavais, lo que significaba tomar de nuevo el tren de Garu de Nord en París hacía la mentada Beauvais. Tomé mis fotos, me dí un vino de medio litro y me acabé unas papas fritas y listo, a Beauvais. En el tren, un maldito inspector se quiso poner fresa con los boletos, pues en toda Europa existe un sistema de validación de transporte parecido. Ya lo expliqué antes, en Porto se usa la tarjeta y se pasa por un sensor, en París el metro es igual al de México hasta en el boletito, pero en el trasnporte inter-ciudad se usan unas máquinas que estampan el boleto con la hora, la cosa es quen o basta comprar el boleto y ya, se debe estampar o «validar» a fuerzas antes de usar el servicio. Esto es interesante pues ofrece la posibilidad de comprar el boleto y usarlo hasta dentro de un límite de tres meses, mientras no se haya validado. Y una vez validado dura 60, 75 ó 90 minutos (dependiendo el país o la región) e incluso si se compra el viaje redondo pues se puede usar cuando se necesite, no de inmediato. Pero  yo no validé mi boleto, de hecho ni siquiera compré uno nuevo pues el que había comprado la primera vez lo pude usar de nuevo. El oficial me quería poner una multa de 50 euros sólo por no haber metido el maldito boleto a su estúpida máquina, y nuestra discusión iba en aumento hasta que llegó una mujer oficial. Lejos de calmar las cosas, una persona femenina las emperora a veces, y éste fue el caso. La maldita francesa histérica no entendía ni una mentada de madre en inglés y lo mismo me pasaba a mí con el francés, por lo que casi a señas le expliqué que no sabía que había que validar, yo había comprado el boleto y todo estaba bien, sólo estaba de paso y no pensaba hacer fraude o algo con el transporte.

Pisando Notre-Dame

Pero no, a fuerzas quería los 50 euros de multa. Y al final quedamos de arreglarlo en la estación… cosa que ocurrió a medias pues llegando a la estación me bajé y me salí de inmediato para llegar a tiempo al aeroperto pues como se recordará, el centro de Beuavais (donde está el tren) queda a más de una hora camiando, y aunque esta vez no había nieve, de todos modos tenía que apresurarme. Ya saliendo, pasó lo jocoso e inevitable: Mis líos con la ley francesa. Dos tipos de sguridad de la estación me alcanzaron y con esa típica fuerza controlada que usan los puercos me llevaron «amablemente» de regreso a la estación. Ni para que alocarse, los gendarmes franchutes no se ven muy locos pero no quería demostrarles como se trata a la ley abusiva en México pues me interesaba más mi vuelo, pero de haber querido… je je, ¿Exagero? Tal vez…

Pene a Notre-Dame por tener parte de culpa en la pérdida de mi avión.

Después de una media hora de explicaciones, pudimos llegar a un entendimiento: No lo volvería a hacer jamás y no quería dañar el sistema ni nada, sólo no sabía lo de la validación… y corriendo salí de ahí maldiciendo con mi poco francés al tren y a sus idiotas trabajadores… A tomar autobús, ni modo. pero antes el nene quería sus cigarros franceses para llevar su cajita y presumirla, ¡Ah banal anhelo! Ir por esos cigarros y por una rebanada de pizza me costaron caro… pues yo había visto el horario del autobús al aereopuerto pegado en la parada, y seguro que decía 6-30 pm… pero en dias entre semana. Ese día era sábado así que el transporte acababa antes… y el próximo shuttle al aeropuerto salía 7.15 o algo así, lo que virtualmente me dejaba fuera de toda posibilidad de agarrar el vuelo.

El rosetón de Notre-Dame.

Y eso fue lo que sucedió, perdí el vuelo… de nuevo. Y el personal de Ryanair fue tan déspota, tan falto de tacto, tan… culeys… no escucharon razones: Los franceses son gachos, al menos los que trabajan en Ryanair. No quisieron ponerme en otro vuelo, no quisieron regresarme el dinero, no querían nada… claro, nada que no les dejara ganancia: Si pagaba 100 euros me ponían en un vuelo a Venecia al otro día o a cualquier destino de Italia que yo quisiera. Y debo de agradecer a mi madre y mis amigos que gracias al poco dinero con que me pudieron ayudar para este viaje pude entonces aceptar esa oferta y pagar los 100 euros para ir a Roma. Pero oh, la cosas no iban a ser tan fáciles… de lo enojado y de lo frustrado que estaba había olvidado un detalle pequeño:  Ya había reservado y hecho un pago por correo para un hostel en Venecia, el Art Hotel. Y no iba a dejar perder ese dinero, así que regresé al mostrador y le dije a la monita que me cambiara el boleto, que había habido un error. Me había dado el boleto 5 minutos antes, y la muy zorra no me quiso cambiar el destino. Maldita perra francesa la odio y la odiaré toda la vida: Casi se reia  en mi cara. Le dije: «Hey,te acabo de pagar, fue un error, apenas lo vas a meter al sistema el pago, sólo cambia Roma por Venecia» y no y no y no, no, no. Que se pudra en el infierno para siempre la malparida loba con aliento de excremento de cerdo y escamas de serpiente por órganos sexuales.

Detalle superior de Notre-Dame.

Al carajo, me voy a Roma, es Italia de todas maneras. El vuelo era para el otro día a las 9.00 am, así que me preparé para dormir en el aeropurto de nuevo, ya había sido una vez mi asilo así que de nuevo lo sería… pero no, Francia y Beuavais me querían hacer sufir esa noche: Ryanair no vuela de madrugada, así que como no había vuelos retrasados ni cancelados (como la vez anterior) el aeropu,erto iba a cerrar. Si, a cerrar. Malditos asnos galos. Y como yo había unas 20 personas que tenían vuelos temprano y que se disponían a quedarse para esperarlos, pero los corrieron también. Pero debo ser justo: Una señora de alto cargo consiguió acomodo en un hotel para todos, sólo que a 30 euros la noche. Consiguió además un transporte para ir al hotel, un shuttle fuera de servicio que hizo el amable favor de ir a recogernos a todos. Pero no tenía caso: Pagar 30 euros por unas horas era un lujo que no me podía permitir. Antes de que llegara el transporte y se arreglara lo del hotel, pensé mi plan, y decidí quedarme en las inmediaciones de la terminal aeréa para poder entrar a las 6 am y ya esperar mi vuelo.

La estación de Garu de Nord en París y el tren que me llevó a Beauvais.

A la 1 am el transporte nos llevó a todos al dichoso hotel, por cierto que en el aeropuerto conocí a un grupo de mexicanos (mexicanas, eran 5 ó 6 chicas y un sólo mono) que me dejaron una impresión bastante desagradable. Para empezar eran de Guadalajara, ciudad que detesto junto con la mayoría de sus habitantes pues muchos tapatíos han sido deleznables conmigo. Y luego eran «mochileros», con esas mochilas de campo bien locas, con sus bufandas caras y toda la onda… y hablando como fresas -lo eran- y diciendo idiotez y media… denigrando totalmente a los aventureros reales que se parten la espalda para lograr un sueño. Estas chicas tenían dinero, y si no, le llamaban a Papi y listo. Me recordaron mucho a una tal Karla que conocí cuando me juntaba con gente hipócrita… el tonito fresa, las bromas estúpidas, el sentirse muy «rudas» viajando de a «mochilazo», por favor, esas niñas no sabían lo que era un mochilazo de verdad… algo bueno fue que los jodi un poco con la derrota que su equipucho sufrió en semifinales a manos del Pachuca con un gol de último minuto de Mosquera, ya todos conocen esa historia… me pidieron consejo y me ofrecí a guiarlos hasta el centro de Beauvais para no dormir y tener fiesta, pero… no, prefirieron el calorcito del hotel y no caminar je je… si tan sólo me hubieran visto caminando por entre la nieve unos días antes, se orinan en sus Calvin Klein. En fin, llegando al hotel cada quien agarró su camino, y yo agarré mi ruta de vuelta al aeropuerto, tenía que hacer tiempo. El frío empezaba a subir (o bajar?), el termómetro del tablero luminoso del hotel marcaba 1 grado cuando empecé a caminar y durante el trayecto fue descendiendo.

Catedral de Beauvais. Es como Notre-Dame "chiquita".

Es increíble la sensación de caminar por la autopista de noche. La negrura de la noche francesa y el frío no eran nada comparados a la sensación de soledad que una autopista desierta da. El hotel no estaba en ninguna ruta que yo conociera y a pesar de que el camión se tardó unos 40 minutos en llevarnos y yo calculaba que en dos horas llegaria de regreso, la verdad es que el camino era largo. Fui siguiendo los letreros que tanto me recordaron mi primera noche en Francia, pero en serio que caminar con la temperatura bajo cero en la más negra de las noches y sin un alma en la redonda es una sensación de placer, miedo, incertidumbre y aventura real al máximo. Y fueron las dos horas, quizá un poco más… hasta que llegué a la malla que marcaba el inicio de las pistas de aterrizaje del puerco mini-aereopuerto de Beauvais. Eran las 3 y algo cuando fui llegando y el termómetro del tablero (esta vez del propio aeropuerto) ya marcaba -2 grados.

El Arco gótico de la catedral de Beauvais.

Y abrían hasta las 6 am… busqué por los alrededores un lugar donde acurrucarme pero no había alguno que me convenciera, pensé en meterme debajo de autos pero la sola de idea de quedarme dormido me horrorizaba, además la amenaza latente de una nevada me hizo desistir. Al final, en el pasillo de afuera del aeropuerto vi las sillas y mesas del restaurante acomodadas con cuerdas (se supone que esas mesas se sacan para que la gente coma afuera, pero debido al clima se habían quedado ahí sin usarse) y decidí meterme debajo de ellas. Pensé que sería cosa fácil pasar unas tres horas ahí, sólo tenía que abrigarme bien y listo, acomodarme abajo de la mesa, poner la maleta como dique entre el viento helado y yo y presto. Pero la inexperiencia es la base del conocimiento posterior, por lo que muy tontamente imaginé que estaba en lo correcto pero el clima francés me destrozó mi idea. Entraba frío por todos lados, mi chamarra no era suficiente, mis tenis rotos ya eran una coladera y la falta de guantes tenía mis manos de color púrpura.

De enfermo en los Campos Elíseos. La foto está borrosa a propósito.

En Pachuca siempre me he mofado del frío, en Matamoros aprendí que lo puedo soportar bien, en Los Ageles jamás experimenté un frío duro… pero el frío europeo es de respetarse, A partir de esa noche, respeto al frío de Europa y respeto mucho a los pobres diablos que no poseen un techo y pasan la noche a la intemperie. Alguna vez compartí con ellos muchas cosas en común cuando vivía en Los Angeles, pero esta vez debo de quitarme el sombrero frente a ellos. El frío en Beauvais era tan horroroso que sentí que mi voluntad flaqueaba. Estaba cansado de caminar, hambriento, con frío, decepcionado de perder el vuelo, preocúpado por gastar dinero de más, triste y con el ánimo helado como mi cuerpo.

Dormí quizá una hora, y el ruido de los trabajadores que llegaban a preparar todo a las 4.30 am me despertó. Una tipa hasta me vio, pero no me dijo nada, eso me dio una idea de que estan acostumbrados a tener indigentes por los alrededores y me dio coraje que desdeñen así a un ser humano y los domingos saquen sus trajes y canten himnos…  Cuando sali de las mesas, la temperatura eran de -3 grados. Había sobrevivido al frío, pero me sentía destrozado.

Que diablos???

6 am se abrieron las puertas y con más timidez que otra cosa entré. Siempre he sido una persona con alta confianza y seguridad en mí mismo, con actitud altanera y prepotente. Esta vez entré como un pequeño ratón, sin hacer ruido, con la cabeza gacha y me senté en un rincón. Al dar las 8 am, pude recuperar algo de energía con un café que amablemente me invitaron y entonces pude recuperar poco a poco mi gallardía, y les deseé a los franceses trabajadores de Ryanair (sólo a ellos) la peor de las suertes… y escupiendoles en su suelo recuperé mi entereza: No me iban a vencer unos franchutes ni una aerolínea de bajo costo, no me iba a vencer un frío y un contratiempo, tenía que llegar a Italia a como diera lugar… y así, con el corazón encendido por la traición de Beauvais y la derrota de la noche anterior, me dispuse a vencer, a dejar todo atrás y a poner en claro que ni Francia ni Europa me iban a detener jamás: Aún me quedaba mucho camino por recorrer, y sí, mucho, demasiado.

Avioncete de Ryanair... aunque si hacen el paro por los bajos precios...

Placa de Francia en la Unión Europea... la última foto que posteo de París hasta que algo excepcional pase.

Agradezco a mi buena amiga Fernanda sus comentarios y apoyo para el blog… nos vemos en 6to semestre fer, hazme publicidad con tus amigas…


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2 responses

12 01 2010
Rocio

Hey…
Un gusto y gran felicidad leerte.
Sigue disfrutando!!!
Abrazos

12 01 2010
raouldukker

Un acontecimiento especial el que escribas eh? Gracias por las palabras, quise responderle a Arnulfo pero el fresa metió mal la dirección de correo tuya… espero te hayas pasado un buen inicio de año, dale mis saludos a todos, y ya estaremos platicando más cuando regrese. Un beso y abrazo para tí, sabes que a pesar de todo siempr fuiste y serás parte importante en mi vida, en la pasada y en la futura. Ciao!!!

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